Bip bip bip
El despertador lo carga el diablo
Últimamente me pasa que los días que me pongo el despertador para ir al gimnasio nunca me despierto antes, pero el resto de días abro los ojos a la hora a la que el despertador sonaría si fuera al gym. ¿Sabes a lo que me refiero, no?
Mi despertador interno funciona solo cuando no lo necesito.
Y me molesta especialmente porque odio los despertadores. Durante años me despertaba con la radio porque el sonido de cualquier despertador me parecía la cosa más irritante que existe. En ocasiones la radio se había desintonizado y me despertaba con esa especie de “white noise” horroroso que se escucha entre emisoras (garantía de mal humor hasta mediodía ). O me despertaba con otra emisora, siempre completamente opuesta a mi gusto, que provocaba un muy mal despertar.
Siempre me he despertado con facilidad, con la primera nota del tono del despertador ya lo apagaba, pero levantarme ya es otra historia. De joven venían mis padres a despertarme, cada uno con su estilo: mi madre con un buenos días y diciéndome que era más tarde de lo que realmente era para ver si espabilaba (una triquiñuela interesante); mi padre encendiendo la luz y con un“despierta” desde la puerta (muy minimalista).
Cuando empecé a despertarme con el móvil el tema mejoró gracias a poder escoger el tono, pero sigue pareciéndome tortura. Cómo puede ser que haya personas que ponen el despertador más pronto de lo necesario para apagarlo, dormir un poco más, que vuelva a sonar, volver a apagarlo… mi definición de infierno.
Tengo la suerte de dormirme rápidamente cuando me acuesto. Como mucho, me despierto pronto y no puedo volver a dormirme (pero me acuesto pronto, así que si eso sucede, normalmente, ya he dormido bastantes horas).
Escuchaba el otro día este podcast y una de las preguntas era ¿qué te mantiene despierto a las 5 de la mañana? Cosas pasadas, cosas que pueden pasar… A veces nuestro cerebro se encarga de traerlo todo a la mente cuando apagas la luz.
Otra cosa en la que pensé con este podcast es la envidia que me da la gente que habla muchos idiomas y que no parece que les cuesta la vida, y luego los hay que no pierden el acento aunque lleven milenios en otro país. ¿Adivinas de qué tipo soy?
Mucha gente no puede empezar a funcionar sin un café. Yo lo tomo por la mañana justo después del desayuno, con calma (muy afortunada de tener el tiempo para hacerlo), aunque a veces pasa una de las cosas más horrorosas que es tomarte lo que crees será el último sorbo de café y resulta que ya no queda. Tragedia.
Claro que a veces piensas que te lo has terminado y resulta que aún queda café, y el mundo se ilumina.
En este capítulo del Hotel Jorge Juan hablan del gen del café: hay gente que puede tomar tanto café como quiera y no le afecta. Ojalá ser una de esas personas (porque yo, si tomo más de dos, pasaré una buena nochecita de sueños más engorrosos de lo habitual, y yo ya sueño mucho mucho mucho de normal).
También hablan de la hiperfijaciones (comparto la obsesión con los arándanos) y de meterse en madrigueras (obsesionarte con algo y adentrarte en ese tema hasta el fondo). Muy yo.
Me pasa a menudo que me da por temas, por colores, por canciones…
Cuando vivíamos en Malta me dio por las puertas y las baldosas. De colores y formas variadas. Hoy día sigo paseando ciudades y pueblos buscándolas.
También me dio por los peces (aunque eso ya venía de antes). De hecho, dos de los tatuajes que llevo son peces.
Hay gente que se mete en la madriguera de los tatus muy a fondo. En este capítulo hablan sobre tatuajes, piercings y las modas.
Otra de mis hiperfijaciones podrían ser determinadas canciones. Como cuando te comprabas un cd y lo escuchabas en bucle. Me pasó con Green Day o Dover por ejemplo. Para recordarlos y tener agradable nostalgia musical os dejo estos dos podcast:
Supongo que ya lo habrás notado pero los podcast que hablan de música me gustan mucho: escuchas una historia pero también canciones. Hace nada escuché este capítulo de Les dones i el dies en el que charlan con Flavita Banana, una ilustradora de viñetas que me encanta, y en el que combinan una charla con canciones memorables.
Esta es una de sus viñetas, muy adecuada para los que resetean en septiembre.
Mis cuñados pensaron en mí cuando vieron esta baldosa con peces que llevan estampados de baldosas como escamas. Me conocen bien.
Siempre hay sitio para el postre
Estas últimas semanas he tenido la suerte de retratar a María y a Hayka para sus perfiles. Un placer absoluto. Échale un ojo a las fotos y escríbeme si te apetece que hagamos algo parecido junt@s.
La semana pasada estuve en la presentación del libro de María Bautista “Mis amigas se compran casas” y me encantó. Obviamente salí de allí con el libro bajo el brazo y con muchas ganas de leerlo. También hubo una actuación del coro Canto Diáspora y no puedo recomendarlo más. Si tienes la oportunidad de escucharlas, no te lo pierdas.
¿Has visto el último vídeo que subí a Youtube? Resumen de un fin de semana de calor en Viena.






